Durante estos días en los cuales la mente de muchos universitarios esta enfocada en sus exámenes y donde los diez minutos de descanso dan para muchas reflexiones, me he motivado en el sentido literal de la palabra.
Viendo desde mi perspectiva el rumbo de los jóvenes de esta sociedad, cada vez le doy más importancia a la formación. Hoy en día, por muchos factores, ya sean económicos o sociales, los jóvenes tenemos las perspectivas de futuro un tanto limitadas. Ya no vale decir «cuando sea grande quiero ser…» ahora es nuestro momento y debemos aprovecharlo como es debido.
No hay nada más importante que tener unas aspiraciones de futuro, que sí o sí, tienen que pasar por una especialización de la propia persona. Hoy más que nunca, todo joven debe aprovechar su tiempo para encontrar su camino, que forzadamente debe pasar por una formación que lleve a la persona a la cumbre o bien muy cerca de ella.
La decisión tomada no es fácil, terminar una carrera donde el sacrificio personal y familiar ha sido tan grande, para luego embarcarme en otra donde los triunfos tendrán un coste muy elevado, no es que sea una situación donde me permita tener toda la vida privada que quisiera tener.
Pero si de una cosa estoy segura, es que a mí mi futuro me importa, y este futuro pasa primero por unos sacrificios que me llevarán a encontrar mi meta algún día.
A por ellos!
La vida no se ha hecho para comprenderla, sino para vivirla. 